Las baterías de litio presentan desafíos significativos en su transporte aéreo debido a su alto potencial energético y estrictas normativas de seguridad.
En nuestra vida cotidiana, usamos dispositivos múltiples dispositivos equipados con baterías de litio. Dichas baterías son terminales de almacenamiento de energía que utilizan compuestos de litio como electrolito. Se encuentran comúnmente en dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, computadoras portátiles, herramientas manuales, patinetes y vehículos eléctricos. Entre sus ventajas destacan:
- Alta densidad energética: Proporcionan más energía en un tamaño y peso más reducidos en comparación con otras tecnologías de baterías.
- Larga vida útil: Tienen una mayor cantidad de ciclos de carga y descarga, lo que las hace duraderas.
- Baja tasa de autodescarga: Mantienen su carga durante más tiempo cuando no están en uso.
- Carga rápida: Pueden cargarse más rápidamente que muchas otras baterías.
- Eficiencia: Ofrecen un rendimiento eficiente y constante durante su uso.
Las baterías de litio, aunque generalmente seguras, pueden presentar riesgos bajo ciertas condiciones, especialmente si se dañan o se exponen a condiciones extremas. Enfrentamos numerosos desafíos al transportarlas debido a su alto potencial energético y la necesidad de cumplir con estrictas normativas de seguridad, ya que el principal peligro es el «embalamiento térmico», una reacción en cadena que puede provocar incendios o explosiones.
Por esta razón, las baterías de litio se clasifican como mercancías peligrosas y requieren condiciones adicionales de seguridad durante su transporte terrestre, marítimo y aéreo. Existen diferentes números ONU según su composición y forma de transporte: UN 3480, UN 3481, UN 3090 y UN 3091.

La normativa para el transporte de mercancías peligrosas incluye requisitos específicos como identificaciones, homologación de envases, uso de materiales no combustibles, documentación de transporte y condiciones de segregación.
El transporte aéreo es especialmente estricto y variable. Las baterías sueltas (UN 3480 o UN 3090) solo pueden transportarse en aviones de carga. Además, deben estar cargadas a menos del 30% de su capacidad para limitar los riesgos en caso de accidente. También se deben considerar la capacidad nominal, el número de baterías, el peso del bulto y las restricciones de los países de origen y destino.
Finalmente, cada aerolínea tiene sus propias políticas, y algunas no aceptan baterías de litio o imponen condiciones estrictas para su transporte.
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